Beber té no solo es un momento placentero, sino que puede aportar grandes beneficios para la salud. En especial durante la temporada de resfriados, el té de ajo se presenta como una excelente opción natural para prevenir y aliviar los síntomas. Lejos de quedar atrás, las infusiones siguen ganando popularidad alrededor del mundo, y el té de ajo no es la excepción. Además de su sabor, sus efectos van mucho más allá de sus componentes orgánicos, favoreciendo la salud en general.
El consumo de infusiones como el té de ajo se considera una solución natural eficaz, tal como lo destaca un artículo del portal de la Universidad de Harvard. Esta bebida se suma a la importancia de una dieta balanceada, actividad física y otros hábitos saludables, como subraya Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y la educación sobre salud. Según las estadísticas, los adultos sufren de dos a cuatro resfriados anualmente, mientras que los niños pueden tener entre seis y ocho resfriados al año. Esto resalta la frecuencia con la que las infecciones respiratorias afectan a las personas en general.
El ajo, un ingrediente clave en este tipo de infusión, se ha consolidado como uno de los suplementos herbales más vendidos en Estados Unidos, según el Centro de Información de Micronutrientes del Instituto Linus Pauling en la Universidad Estatal de Oregón. Los estudios sugieren que el ajo puede ser una herramienta útil tanto para prevenir como para tratar los resfriados.
El ajo tiene la capacidad de combatir infecciones virales, lo que lo convierte en un remedio ideal para combatir resfriados y alergias. Además, es una fuente rica en minerales esenciales como el yodo, fósforo y potasio, así como en vitaminas. Esta composición lo hace especialmente beneficioso para tratar afecciones respiratorias como el asma y la bronquitis, tanto en su forma aguda como crónica.
El ajo también se caracteriza por sus propiedades antibióticas, lo que explica su uso frecuente en remedios naturales. Una revisión de 2014 de diversos estudios encontró que las personas que consumían ajo de manera regular tenían menos resfriados que aquellas que tomaban un placebo. Además, otros estudios han analizado los efectos del extracto de ajo añejo (AGE) en el sistema inmunológico, como lo menciona Medical News Today. De acuerdo con estos estudios, el aroma característico del ajo, que proviene de la alicina, tiene propiedades antimicrobianas, siendo eficaz contra diversos tipos de bacterias, virus y hongos.
Sin embargo, es importante considerar que el consumo de ajo puede tener algunos efectos secundarios. Entre los posibles inconvenientes se incluyen reacciones alérgicas, malestar estomacal, mal sabor, aliento desagradable e incluso irritación en la piel.
Cómo preparar un té de ajo
La preparación de un té de ajo es muy sencilla. Solo necesitarás los siguientes ingredientes: uno/ varios dientes de ajo mediano y 1 1/4 de taza de agua. El proceso es el siguiente: primero, coloca el ajo en el agua y hierve la mezcla durante 15 minutos en un jarrito tapado. Luego, apaga el fuego y deja reposar el té durante cinco minutos para que se infunda correctamente. Finalmente, cuela la mezcla y bébela tibia.
Si quieres potenciar los beneficios de esta infusión, puedes agregarle un poco de jengibre rallado (unos 3 gramos) y una cucharada de jugo de limón. Esto no solo mejorará el sabor, sino que también incrementará las propiedades saludables del té.