La sequía está teniendo un impacto devastador en la ganadería en el Estado. Juan Carlos Flores, jefe del departamento de ganadería de la Secretaria de Desarrollo Rural, advierte que la falta de agua y el aumento de costos para mantener al ganado están llevando a una disminución masiva de las cabezas de ganado debido a la venta, ya que se ha vuelto un negocio insostenible.
En solo dos años, la situación ha empeorado drásticamente. En 2021, había alrededor de 1 millón 200 mil vacas en el Estado, pero hoy se estima que hay aproximadamente 1 millón. Si la situación continúa, el número podría caer por debajo de 700 mil.
La principal razón de esta disminución es que los ganaderos están optando por vender sus vacas debido a la falta de sostenibilidad del negocio. La sequía ha exacerbado los problemas de la ganadería, que ya enfrentaba desafíos importantes.
Es importante destacar que la sequía no solo afecta la ganadería, sino que también tiene un impacto más amplio en la economía y la sociedad. La pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo son solo algunos de los efectos secundarios de la sequía. Es crucial encontrar soluciones sostenibles para mitigar sus efectos y proteger la industria ganadera.