
La región centro-sur de Chihuahua enfrenta un panorama complicado debido a la intensa sequía que ya se encuentra en su quinto año consecutivo. En lo que va del 2025, la Comisión Nacional del Agua ha registrado únicamente 2.5 milímetros de precipitación en enero, lo que refleja la gravedad de la situación.
Durante el año 2024, las precipitaciones fueron limitadas, con un total de 171 milímetros acumulados en diversos días del año. Algunas de las lluvias más significativas fueron las siguientes: 10 mm el 2 de junio, 9.5 mm el 27 de junio, 4.5 mm el 6 de julio, 3.5 mm el 10 de julio, 9 mm el 20 de julio, 7 mm el 22 de julio, y la lluvia más cuantiosa de 95 mm ocurrida el 23 de julio. Además, se registraron 35 mm en agosto, 9 mm el 6 de agosto, 25 mm el 15 de septiembre y 23.5 mm el 24 de septiembre. Sin embargo, la única lluvia registrada en el inicio de 2025 fue de 2.5 milímetros.
Desde 2021, debido a la sequía en el norte de México, las precipitaciones en la región centro-sur del estado de Chihuahua no han alcanzado la media histórica anual de 291 milímetros. En 2021, solo se captaron 133 mm; en 2022, gracias a un chubasco en agosto que aportó 135.2 mm, se lograron acumular 192.5 mm; en 2023, las precipitaciones fueron de 166 mm, y en 2024, se alcanzaron 171 mm.
La situación es alarmante, ya que la falta de lluvias desde 2021 ha provocado una drástica reducción de los volúmenes de agua en las presas Boquilla y Vírgenes. Actualmente, la presa Boquilla tiene un volumen de 430.65 millones de metros cúbicos, lo que representa solo el 15.13% de su capacidad, mientras que la presa Vírgenes almacena 38.69 millones de metros cúbicos, lo que equivale al 11.69% de su capacidad total.
Además, otro problema derivado de la escasez de agua es la disminución de los mantos freáticos en la zona. Esto ha causado que los pozos profundos den un menor rendimiento en litros por segundo, y se vea cada vez más difícil extraer agua, ya que es necesario perforar más profundo para acceder al recurso.