
El área de análisis económico de Deloitte ha indicado que México se verá solo parcialmente afectado por el nuevo régimen arancelario del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debido a las excepciones que contempla el decreto. No obstante, si se mantienen los mismos niveles de exportación fuera del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el país podría pagar alrededor de 60 mil millones de dólares en tarifas. A nivel global, en 2024 México pagó 1,262 millones de dólares en aranceles a Estados Unidos, lo que representa una tasa promedio de 0.25% sobre el total de las exportaciones.
Esto se debe a que diversos productos reciben un trato especial, independientemente de si son exportados bajo el T-MEC o no. Sin embargo, algunas categorías de productos deberán pasar de una tarifa mínima a un gravamen del 25% si no cumplen con los requisitos del T-MEC. En un escenario en el que las exportaciones fuera de este acuerdo se mantuvieran en los mismos porcentajes durante 2025, el nuevo régimen de aranceles del gobierno de Estados Unidos podría resultar en pagos cercanos a 60 mil millones de dólares, lo que representaría el 11.9% de las exportaciones mexicanas de 2024, según Deloitte.
En este contexto, la firma destacó que la clave para evitar mayores costos estará en que las empresas mexicanas gestionen correctamente la verificación de que sus productos cumplen con las reglas de contenido de origen estipuladas por el T-MEC. El pasado 2 de abril, el gobierno de Estados Unidos presentó un programa de aranceles recíprocos para las importaciones de la mayoría de los países del mundo, pero en su comunicado, la Casa Blanca especificó que México y Canadá quedarán exentos de esta medida.
A pesar de ello, Deloitte recordó que México ya está sujeto al pago de aranceles en casos específicos, como en las industrias del acero, aluminio y aquellos productos exportados fuera del T-MEC. Deloitte precisó que los impactos de los nuevos aranceles se concentrarán principalmente en las industrias del acero y el aluminio, así como en las maquilas de equipos de cómputo, telecomunicaciones y aparatos eléctricos. Estas áreas se verían afectadas por la dificultad que enfrentaría Estados Unidos para reducir rápidamente su dependencia de insumos asiáticos.
En el sector automotriz, México desempeña un papel clave, pues el 40% de las autopartes que importa Estados Unidos provienen de México, así como el 75% de las importaciones de vehículos de carga y el 21% de los vehículos de pasajeros. Esta fuerte integración muestra la importancia de las relaciones comerciales entre ambos países. Deloitte también advirtió que, independientemente de México, más de la mitad de los automóviles vendidos en Estados Unidos son importados.
Por lo tanto, la entrada en vigor de los nuevos aranceles podría generar un aumento inmediato en los precios y causar afectaciones en los niveles de actividad económica y empleo en ambos países. A raíz de este panorama, Deloitte ha ajustado su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México para 2025, bajando su estimación de 1.0% a 0.8%.
Finalmente, la firma señaló que persiste la posibilidad de que las autoridades estadounidenses sigan aplicando aranceles a México como parte de una estrategia de presión en negociaciones sobre otros temas. Esto contribuiría a mantener la incertidumbre económica y generaría volatilidad en variables financieras como el tipo de cambio. En este contexto, si la situación se prolonga, Deloitte anticipa que podría renacer el interés por el nearshoring, dada la ventaja comparativa que representa México, con aranceles más bajos en comparación con otros países de Asia y América Latina.