La manzanilla es una planta versátil y beneficiosa que ha sido utilizada durante siglos en la gastronomía y la medicina natural. Su infusión ofrece diversas alternativas para mejorar nuestra salud.
La historia de la manzanilla se remonta al antiguo Egipto y la época greco-romana, donde se utilizaba como remedio casero para curar fiebres y como ingrediente para inciensos y bebidas. En la Edad Media, los monjes difundieron sus beneficios, utilizando la manzanilla para dar un gusto amargo a la cerveza.
La manzanilla cuenta con numerosos beneficios para la salud, incluyendo:
- Alivio del insomnio: su té induce la relajación y mejora la calidad del sueño.
- Mejora la salud digestiva: relaja los músculos del tracto gastrointestinal.
- Alivio de la ansiedad: disminuye los nervios y la ansiedad.
- Activación del sistema inmunológico: controla la hormona cortisol.
- Mejora la salud de la piel: combate la dermatitis y las irritaciones cutáneas.
- Reducción de la presión arterial: favorece la dilatación de los vasos sanguíneos.
- Descongestión de las vías respiratorias: ayuda con la gripe y el catarro.
- Control del apetito: sacia el hambre.
- Protección contra la oxidación celular: previene el daño causado por agentes externos.
- Control de la diabetes: mantiene los niveles de glicemia.
Además, la manzanilla se puede utilizar de diversas maneras para calmar la ansiedad, como en cremas o aceites corporales, o en baños relajantes con flores de manzanilla.
¡Prepárate un rico te de manzanilla y disfruta de todos sus beneficios!