En febrero pasado, la cantidad de mexicanos deportados por las autoridades migratorias de Estados Unidos sufrió una disminución del 44%, según datos proporcionados por la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Secretaría de Gobernación. Este descenso se produjo en un contexto en el que ya estaban en pleno funcionamiento las estrictas políticas migratorias implementadas durante la administración de Donald Trump.
Durante este mes, un total de 8,872 mexicanos fueron devueltos a su país, en contraste con los 15,788 deportados en el mismo mes del año anterior, 2024. Este cambio refleja una notable reducción en el número de repatriaciones en comparación con el periodo anterior.
De las repatriaciones ocurridas en febrero de este año, más de un tercio, específicamente el 35.6%, se llevaron a cabo en los puertos fronterizos de Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa, ubicados en el estado de Tamaulipas. Estos puntos fueron los más activos en términos de devoluciones de migrantes.
Además, 3,216 mexicanos, lo que representa el 36.2% del total, fueron repatriados mediante vuelos. De estos, 2,193 llegaron al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), 548 lo hicieron a Villahermosa, y 475 aterrizaron en el aeropuerto de Tapachula. En cuanto a las entidades de origen de los deportados, los estados con mayor número de repatriaciones fueron Guanajuato, con 725; Michoacán, con 622; Guerrero, con 608; y Puebla, con 593.
Estos estados fueron los más representados entre los mexicanos retornados a su país. Dentro del grupo de repatriados, había 372 menores de entre 12 y 17 años, así como 87 niños de menos de 12 años. Esto pone en evidencia la presencia significativa de menores de edad entre los deportados. Según la UPM, la mayoría de los deportados, un 93.7%, optó por recibir los apoyos de los programas federales disponibles. Estos apoyos incluyeron alimentos, agua, descuentos en boletos de autobús, llamadas telefónicas, transporte local y el trámite de la CURP.