
Cuauhtémoc, Chih.— La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, evitó el contacto con un grupo de ciudadanos que se manifestaron durante su visita al municipio de Cuauhtémoc, donde encabezaba un evento oficial en el Hospital Ramírez Topete.
Los manifestantes intentaron acercarse a la mandataria estatal para expresarle su preocupación por distintos temas críticos que afectan a la región, entre ellos los incendios forestales en la Sierra Tarahumara, deficiencias en la atención médica en hospitales estatales, y el aumento de hechos violentos en el municipio.
Sin embargo, la gobernadora se retiró del lugar sin atender directamente a los inconformes, lo que generó inconformidad entre los presentes. El hecho fue documentado por medios locales y usuarios en redes sociales, donde no tardaron en surgir críticas hacia lo que consideraron una actitud evasiva ante la exigencia ciudadana.
Organizaciones civiles y habitantes del municipio lamentaron la falta de apertura al diálogo por parte del Gobierno del Estado, en un contexto en el que diversas problemáticas sociales y ambientales requieren atención urgente.
“Lo mínimo que esperamos es que escuche”, comentó uno de los asistentes a la protesta, quien señaló que las demandas no son nuevas y que la falta de respuesta oficial ha incrementado el malestar en la región.
Los incendios forestales en la sierra han dejado severas afectaciones al ecosistema y comunidades indígenas, mientras que la crisis en los hospitales estatales ha sido documentada por personal médico y familiares de pacientes. A esto se suma el repunte en hechos delictivos que ha encendido las alertas entre los habitantes de Cuauhtémoc y municipios cercanos.
Analistas advierten que la falta de diálogo y cercanía con la población podría representar un costo político para la gobernadora en el corto y mediano plazo, sobre todo en zonas que históricamente han sido clave en la política estatal.