
Se calcula que alrededor del 7% de las consultas en urgencias de personas mayores son causadas por dificultades para desplazarse, y de esos casos, el 40% termina requiriendo hospitalización. Esta información fue proporcionada por estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física, en la carrera de Licenciatura en Motricidad Humana, de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Los problemas de movilidad, específicamente los trastornos en la marcha, son una de las principales limitaciones para los adultos mayores, y representan un importante riesgo para sufrir incidentes con consecuencias graves tanto en su salud física como emocional.
Estas alteraciones al caminar aumentan significativamente las probabilidades de caídas, fracturas y otros tipos de lesiones, lo que puede derivar en la pérdida de autonomía y una drástica disminución en la calidad de vida de la persona mayor.
En personas menores de 75 años, las mujeres son las más afectadas por estos incidentes, presentando el doble de probabilidades de sufrir complicaciones graves. Sin embargo, la mortalidad es más alta entre los hombres, posiblemente debido a la gravedad de las lesiones que padecen.
Factores de Riesgo Relacionados con la Marcha y las Caídas
Los factores que incrementan el riesgo se pueden clasificar en dos grandes grupos: aquellos vinculados a la salud del individuo y los que tienen que ver con el entorno. Entre los factores de salud, los más relevantes son:
• Enfermedades neurológicas: Trastornos como el Parkinson, la demencia o la epilepsia afectan el equilibrio y la capacidad de coordinar los movimientos.
• Enfermedades cardiovasculares: Problemas como las arritmias o la presión baja pueden generar mareos o desmayos, lo que aumenta el riesgo de caídas.
• Debilidad muscular y afecciones osteoarticulares: Condiciones como la artritis, fracturas previas o deformidades en los huesos disminuyen la estabilidad al caminar.
• Polifarmacia: El consumo de varios medicamentos, especialmente aquellos que inducen somnolencia o afectan los reflejos, hace a las personas más propensas a caídas.
Por otro lado, los factores del entorno incluyen:
• Obstáculos en la vivienda, como muebles mal posicionados o alfombras que se deslizan.
• Escaleras sin barandales y superficies resbaladizas.
• Mala iluminación y el uso de calzado inadecuado.
• Costumbres como caminar descalzo o utilizar taburetes inestables.