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Emotiva despedida a Dulce con misa en la Basílica de Guadalupe

Las cenizas de Dulce descansan en una urna de color perla, con forma de corazón.
La cantante fue despedida en la Basílica de Guadalupe, rodeada de su familia, amigos cercanos y público que asistió a la misa presidida por Monseñor Efraín Hernández, rector del lugar. Entre los asistentes se encontraban su hija, Romina Mircoli, acompañada de su esposo Moisés, así como Iván Cochegrus, Rocío Banquells, Sugey Ábrego, Denisse de Kalafe, Arianna, Marcela Flores y Teresa, quien fue asistente de Dulce, además de otros familiares, amigos y admiradores.

Al momento de ingresar las cenizas, la multitud reaccionó con un aplauso. Una persona gritó: “¡Qué viva Dulce!”, y el resto respondió: “¡Qué viva!”. Otro miembro de la audiencia exclamó: “¡Vuela alto!” y alguien más agradeció a Dulce por su arte. Tras esto, se dio inicio al oficio religioso con un canto, seguido de las primeras palabras de Monseñor Efraín Hernández.
El sacerdote dio la bienvenida a los presentes y mencionó a Dulce, cuyo nombre real era Bertha Elisa Noeggerath, como un ser querido. También extendió sus oraciones a otras personas en la lista de peticiones de esa misa comunitaria. La familia y amigos cercanos de Dulce ocuparon los primeros asientos durante la ceremonia.

Monseñor Hernández reflexionó sobre el dolor de la partida de un ser querido y resaltó la esperanza que brinda la fe. Aseguró que Dulce había cumplido su misión terrenal, y que, aunque su partida causaba tristeza, debían recibirla con esperanza, como había señalado el Papa Francisco. Agregó que Dulce se convertiría en una intercesora para todos, pues había llegado a la casa celestial, bajo el manto de la Virgen de Guadalupe. También destacó que la presencia de sus cenizas en la Basílica fue un homenaje a su legado, al que acompañaron artistas y seguidores de su obra.

Al concluir la misa, uno de sus fans gritó: “Hasta siempre Dulce, Dios te recibe con amor”, lo que fue seguido por un aplauso generalizado. La familia de la cantante, en silencio, se retiró por un acceso privado sin hacer declaraciones a la prensa.
Arianna, la primera en salir, expresó su tristeza por la pérdida de una gran artista y amiga. Recordó a Dulce como una mujer generosa, que estuvo entregada hasta el final a su arte. Contó que la última vez que la vio fue en un homenaje a Lucha Villa, donde Dulce estaba en su «segundo aire» y aún se veía bien, sin que se imaginara su enfermedad. En su opinión, Dulce dejó un legado invaluable con su potente voz y su energía única.

Minutos después, Rocío Banquells salió visiblemente afectada por la muerte de su amiga. La describió como una mujer bondadosa, valiente y llena de vida, con quien compartió muchos momentos de escenario y amistad. Recordó cómo, en mayo, Dulce le había dicho que se sentía muy bien. También, Banquells coincidió en que el espectáculo GranDiosas no podría existir sin Dulce, ya que fue ella quien impulsó la idea y la convirtió en un éxito.

Respecto a Romina, la hija de Dulce, Banquells expresó su apoyo, deseándole mucha fortaleza. Aseguró que el amor de su hijo y su esposo la ayudaría a superar este dolor tan grande. Señaló que Dulce siempre había sido una madre amorosa, que protegió a su hija en todo momento, y que no le habría gustado escuchar comentarios negativos sobre ella.

Por su parte, Denisse de Kalafe pidió respeto y dignidad para Romina ante los comentarios que se han hecho sobre su relación con su madre. Lamentó profundamente la pérdida de Dulce, mencionando que aún le costaba asimilarlo y pidiendo apoyo para la hija de la cantante en este difícil momento.