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El mundo al filo: ¿ya empezó la Tercera Guerra Mundial y no nos hemos dado cuenta?

Por Hugo Isaac Gómez Terrazas

En estos días, basta abrir el celular para confirmar lo que ya muchos temíamos: el mundo está encendido. No en un solo lugar, ni por una sola causa. Son varios fuegos, prendidos al mismo tiempo, por intereses cruzados, odios antiguos y decisiones mal calculadas.

Lo que está ocurriendo no son «conflictos regionales». Son piezas de una guerra que ya no necesita ser declarada para existir. ¿Vamos rumbo a una tercera guerra mundial? Tal vez la pregunta más importante es si ya estamos dentro de ella y no lo hemos querido aceptar.


Ucrania: un frente que no cede

Rusia invadió Ucrania hace más de tres años. Y lejos de doblegarse, Ucrania resiste con fuerza, aunque con un costo devastador: más de 500 mil muertos entre ambos ejércitos, y casi 11 millones de desplazados. Rusia no ha cedido ni un paso en su retórica: ahora habla abiertamente de “participación directa de la OTAN” y ensaya maniobras militares junto con China, mientras Europa y Estados Unidos siguen mandando armas, dinero y soldados “asesores”.

¿Una guerra mundial declarada? No. ¿Una guerra mundial de facto? Lo parece. En junio de 2025, la OTAN elevó su gasto militar objetivo al 5% del PIB, como si ya supieran lo que viene.


Gaza e Israel: una herida sin fondo

El conflicto entre Israel y Palestina ha superado todos los niveles de dolor: más de 54 mil muertos en Gaza, la mayoría civiles, y un 97% de su población desplazada. Israel no ha parado su ofensiva desde octubre de 2023, y ahora responde también a ataques directos de Irán, que lanzó drones y misiles balísticos sobre su territorio. Fue la primera confrontación militar directa entre ambos países en décadas.

Y esto no es aislado. En el Mar Rojo, los rebeldes hutíes de Yemen atacan buques internacionales en “solidaridad con Gaza”. El Pentágono desplegó tres portaaviones entre el Mediterráneo, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo. Fragatas europeas protegen la navegación como si estuviéramos en plena Segunda Guerra Mundial. Solo que esta es la versión 4.0, con satélites, ciberataques y drones hipersónicos.


Irán vs. Estados Unidos: el nuevo eje del caos

En junio de 2025, Israel atacó instalaciones nucleares en Irán. La respuesta fue directa: misiles sobre Tel Aviv. Estados Unidos apoyó la operación y, aunque no lo diga oficialmente, bombardeó bases iraníes en Siria e Irak. China, Rusia, Turquía, Arabia Saudita, todos opinan, todos mueven fichas.

Y lo más peligroso: Irán ya fue declarado “no cumplidor” del acuerdo nuclear por la ONU. Nadie sabe con certeza cuánto le falta para tener un arma nuclear funcional… pero todos sospechan que es cuestión de tiempo.


China y Corea del Norte: el silencio que asusta

China no lanza misiles, pero mueve fichas. Apoya a Rusia, respalda diplomáticamente a Irán, y ha intensificado maniobras militares alrededor de Taiwán. Corea del Norte, mientras tanto, sigue haciendo pruebas y grita amenazas. ¿Qué pasa si en medio de esta tensión global, Pyongyang lanza un misil más allá del Pacífico? ¿Qué pasa si Taiwán responde a una provocación china? ¿Cuántas fronteras pueden soportar una chispa más?


¿Qué nos dice el dinero?

El petróleo ha subido más del 18% solo en junio, alcanzando los 79 dólares por barril. Las rutas marítimas se encarecieron. Las cosechas ucranianas se desplomaron. Y el dólar sube porque los inversionistas saben que el mundo está en riesgo. Esto sí nos afecta a México, aunque estemos lejos de las trincheras: más inflación, gasolina más cara, alimentos importados que suben de precio, migraciones que van a presionar nuestras fronteras y acuerdos comerciales que pueden tambalearse si el conflicto se escala.


¿Y México?

México no está en guerra, pero no puede seguir actuando como si todo esto fuera ajeno. Necesitamos una política exterior activa, responsable y clara. No basta con comunicados tibios ni con condenas generales. El mundo está tomando bandos, y aunque no queremos participar en la guerra, sí debemos participar en la defensa de la paz. Desde nuestra historia, desde nuestra diplomacia, desde nuestros principios.

Y como generación, tenemos la obligación de alzar la voz. Porque si esto escala, no habrá trinchera lo suficientemente lejana ni nación suficientemente neutral.


La historia nos está hablando

La pregunta no es si va a estallar la tercera guerra mundial. La pregunta es si la humanidad, otra vez, elegirá la destrucción como camino. Porque las señales están ahí: muertos por miles, alianzas rotas, misiles volando, diplomacia fallando, líderes justificando lo injustificable.

El mundo está al filo. Lo peor que podemos hacer es mirar a otro lado.