
China anunció ayer un aumento en los aranceles a productos de Estados Unidos, imponiendo una tarifa adicional del 34% como respuesta a las mismas medidas adoptadas por el presidente Donald Trump. Esta medida forma parte de una creciente tensión entre las dos principales economías del mundo, lo que avivó el temor a una posible recesión global.
Además, Pekín incluyó 27 empresas adicionales en las listas de compañías sometidas a restricciones comerciales y aplicó controles sobre las exportaciones de minerales de tierras raras, materiales clave para tecnologías como circuitos integrados y baterías de autos eléctricos. Estas acciones profundizan la guerra comercial entre ambos países, cuyas repercusiones continúan afectando a los mercados financieros internacionales.
Mientras tanto, Donald Trump redobló su estrategia, asegurando que no modificará su enfoque. En su red social Truth Social, afirmó que China cometió un error y que está actuando por pánico. A pesar de la caída de los mercados, el mandatario estadounidense restó importancia al desplome, viéndolo como una oportunidad para «hacerse rico».
A pesar de las turbulencias, Trump continuó con su rutina en su club privado de Mar-a-Lago, en Palm Beach, donde pasó el día jugando golf. Represalias internacionales y el impacto global El aumento de los aranceles por parte de Trump, los más altos en más de un siglo, ha generado reacciones de represalia en varios países. Esta escalada ha causado un desplome de los mercados financieros globales.
Las medidas de represalia anunciadas por China, que entrarán en vigor el 10 de abril, incluyen un mayor control sobre la exportación de minerales de tierras raras. Estos materiales son esenciales para diversas industrias tecnológicas, como los circuitos electrónicos y las baterías de autos eléctricos. China también suspendió las importaciones de sorgo, aves de corral y harina de hueso de seis empresas estadounidenses.
Además, añadió a 27 compañías más a las listas de restricciones comerciales y abrió una investigación antimonopolio contra DuPont China Group, una filial de la multinacional química estadounidense. Estas nuevas medidas siguen los aranceles impuestos por Trump a principios de este año, que incluyeron un 10% sobre productos chinos. En respuesta a las primeras rondas de aranceles de Trump, China había aplicado medidas moderadas, como un arancel del 15% sobre productos energéticos y un 10% sobre ciertos productos agrícolas. No obstante, esta vez, Pekín ha adoptado un enfoque más agresivo y seguirá así de ahora en adelante.