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China enfrenta la baja natalidad: empresas impulsan matrimonios entre empleados para combatir la crisis demográfica

De acuerdo con un memorando interno, el perfil del trabajador ideal en la empresa química china Shandong Shuntian se describe como una persona trabajadora, virtuosa y leal. Sin embargo, lo más relevante para la compañía es que esté dispuesta a tener hijos en beneficio del país. Este mensaje fue enviado recientemente a los empleados solteros de la empresa, a través de un aviso que se difundió ampliamente en redes sociales.

En dicho documento, se les instaba a formar una familia antes del 30 de septiembre, bajo la amenaza de rescindir su contrato si no cumplían con esta exigencia. «Si no puedes casarte y formar una familia dentro de tres trimestres, la empresa rescindirá tu contrato laboral», indicaba el memorando, que causó gran revuelo.

Shandong Shuntian no fue la primera compañía en intentar influir en la vida personal de sus empleados, en el contexto de la creciente preocupación por la drástica disminución de las tasas de matrimonio y natalidad en China. Semanas antes, una conocida cadena de supermercados había solicitado a su personal evitar pedir regalos de compromiso con el fin de reducir los costos asociados a las bodas.

Ambas medidas fueron duramente criticadas, y muchos argumentaron que estas acciones se basaban en las mismas razones que motivan a los jóvenes chinos a no formar una familia: los altos costos económicos de tener hijos y el deseo de autonomía personal. Además, muchos rechazan la tradicional idea de que las familias deben tomar decisiones sobre su vida, y mucho menos que sus empleadores intervengan en esos aspectos.

En 2024, solo 6,1 millones de parejas en China se casaron, lo que representó una disminución del 20% con respecto al año anterior, marcando la cifra más baja desde que el gobierno comenzó a registrar estas estadísticas en 1986. La población de China ha experimentado una caída durante tres años consecutivos.

Ante esta alarmante situación, las autoridades chinas han intentado revertir la tendencia. Funcionarios gubernamentales han visitado a mujeres en sus hogares para preguntarles sobre sus planes de embarazo, han lanzado campañas que sugieren que el embarazo podría hacer a las mujeres más inteligentes, y han promovido la creación de un “ambiente social favorable a la fertilidad”, incluyendo en los lugares de trabajo. Algunas empresas parecen dispuestas a colaborar con estos esfuerzos.

El aviso emitido por la empresa química estaba dirigido a empleados solteros de entre 28 y 58 años, incluidos aquellos que se encontraban divorciados. En el memorando, se afirmaba que «no responder al llamado del país, no casarse y no tener hijos, es desleal». Sin embargo, ante el rechazo y las críticas en línea, la empresa dio marcha atrás rápidamente. Contactados por teléfono, representantes de la sede central indicaron que el aviso había sido retirado, y que el gobierno local había ordenado una «rectificación». No se ofrecieron más detalles y no fue posible obtener comentarios de los funcionarios laborales locales.

En el pasado, cuando las autoridades chinas querían controlar la natalidad, recurrían a medidas coercitivas como abortos forzados y esterilizaciones, y la ciudad de Linyi, sede de la empresa química, era conocida por aplicar estas tácticas. Ahora que el gobierno de Pekín busca aumentar la tasa de natalidad, ha adoptado un enfoque más suave, probablemente para evitar generar una resistencia generalizada. No obstante, en algunos casos, las autoridades han mostrado apoyo a la intervención de ciertas empresas, como ocurrió con la cadena de supermercados Pangdonglai.

En noviembre, el fundador de Pangdonglai, Yu Donglai, anunció en las redes sociales que prohibiría a los empleados realizar intercambios de «precios por la novia», una práctica tradicional en la que el hombre paga a la familia de la mujer antes de casarse, lo cual puede ascender a grandes sumas de dinero. El gobierno y críticos han señalado que esta costumbre hace que el matrimonio sea inaccesible para muchos hombres.

Además, Yu indicó que los empleados no podrían invitar a más de cinco mesas de invitados a sus bodas. Aunque algunos acusaron a Yu de exagerar, el Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista, defendió estas normas, argumentando que buscaban promover una «nueva tendencia de matrimonio civilizado».