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Celebrando 147 años de historia: El Templo de San Pablo Apóstol de Meoqui, un ícono arquitectónico desde 1877

El Templo de San Pablo Apóstol en Meoqui, Chihuahua, es un imponente edificio católico que ha sido un símbolo de fe y tradición durante 147 años. Considerado una joya arquitectónica, este templo es el principal monumento de la ciudad y está dedicado a San Pablo Apóstol.

La historia de Meoqui comenzó como un pueblo de visita franciscano en el siglo XVIII. El franciscano Fray Andrés Ramírez es considerado el fundador del pueblo de San Pablo en 1709. Con el tiempo, la población creció y se independizó eclesiásticamente en 1794.

El templo actual se construyó entre 1862 y 1877 bajo la dirección del Presbítero Fernando Carrasco. Aunque inicialmente carecía de retablo y torre, con el tiempo se agregaron estos elementos. La torre existente alberga una campana llamada «María de los Dolores» y tres campanas secundarias.

El reloj público del templo ha sido reemplazado varias veces desde su instalación original en el siglo XIX. Actualmente, el reloj anterior se conserva como patrimonio del museo regional de historia de Meoqui.

El constructor principal del templo fue Mariano Quiroz Gallegos, y el principal benefactor fue Epifanio Álvarez González. Ambos están enterrados en el templo.

El templo tiene una estructura parroquial con planta de cruz latina y tres naves. El interior cuenta con un ciprés neoclásico y altares neogóticos. A lo largo de los años, ha sufrido remodelaciones y mantenimiento para preservar su belleza.

En la actualidad, el templo sigue siendo un lugar de culto y devoción para la comunidad. Su diseño y materiales de construcción permiten una excelente acústica, lo que lo hace ideal para celebraciones religiosas.

Recientemente, el Presbítero José Trinidad Carrera llevó a cabo un proyecto de mantenimiento mayor para preservar el templo. Gracias a su esfuerzo y la colaboración de la feligresía, se asegura la vida útil de este valioso patrimonio arquitectónico.

El Templo de San Pablo Apóstol es una obra humilde y extraordinaria que ha trascendido generaciones en la comunidad de Meoqui. Su visita es una experiencia enriquecedora que revela la rica historia y espiritualidad del lugar.