
El presidente municipal de Chihuahua, Marco Bonilla, ha adquirido un crédito de 570 millones de pesos con el banco Santander, el cual será utilizado para la construcción de tres puentes viales. Sin embargo, más allá de la supuesta necesidad de estas obras, lo que realmente está en juego es el uso de los recursos municipales para ahorrar dinero para su futura campaña política.
A pesar de justificar el endeudamiento bajo el pretexto de un concurso público y la aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la realidad es que Bonilla está desfalcando al municipio, al comprometer grandes cantidades de dinero que bien podrían haberse utilizado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en áreas como salud, educación, seguridad o infraestructura básica. Las obras, que incluyen puentes en intersecciones clave como la Avenida Fuerza Aérea y la Prolongación Teófilo Borunda, parecen más un intento por fortalecer su imagen pública y proyectarse como un líder en campaña, que una necesidad real de la ciudad.
Lo más grave es que, mientras la ciudad atraviesa situaciones críticas, Bonilla sigue endeudando a los chihuahuenses en proyectos que tienen fines más políticos que de beneficio para la comunidad. El crédito de 570 millones no solo compromete el futuro financiero del municipio, sino que demuestra la falta de responsabilidad del alcalde al priorizar sus intereses personales sobre el bienestar de la ciudad.
Con esta decisión, Bonilla está dejando claro que está dispuesto a sacrificar los recursos del municipio, hipotecando el futuro de Chihuahua, solo para asegurarse de tener una base financiera sólida para su campaña electoral. Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando respuestas a problemas urgentes que podrían resolverse con estos mismos fondos, pero que, al parecer, son solo una prioridad secundaria para un alcalde más preocupado por sus intereses políticos.