
Dos estudiantes del Conalep Tampico han desarrollado un innovador ladrillo ecológico capaz de resistir impactos de bala, con el fin de combatir tanto el cambio climático como la delincuencia. La creación de este producto es el resultado de su proyecto en la materia de Emprendimiento, en la que propusieron una solución tanto al problema ambiental como al de la inseguridad que afecta a su comunidad.
La idea detrás del ladrillo ecológico
Daniel Antonio Morales Hernández y Ángel Eduardo Cabrera Hernández, ambos de 17 años, cursan el sexto semestre en la carrera técnica en Química Industrial en el Conalep Tampico. En su segundo semestre, como parte del curso de Emprendimiento, surgió la idea de crear un ladrillo ecológico. Su propuesta no solo busca disminuir el impacto de los fenómenos naturales, sino también ser una solución para las balas perdidas de enfrentamientos entre grupos criminales.
Ángel, al darse cuenta del daño que los residuos de papel causan al medio ambiente, decidió aprovechar este material orgánico para crear los ladrillos. Junto con Daniel y el apoyo de su maestra de Emprendimiento, Rocío Pimienta, desarrollaron esta idea innovadora.
El impacto ambiental de la producción de ladrillos tradicionales
Según un artículo de la Universidad de Guadalajara, la producción tradicional de ladrillos genera graves efectos contaminantes. La doctora Ruth de Celis Carrillo, experta en Salud Ambiental, explica que la fabricación de ladrillos libera sustancias tóxicas, como monóxido de carbono, dióxido de azufre, hidrocarburos y partículas que podrían ser cancerígenas, afectando principalmente a las personas cercanas a estas fábricas.
Ante este problema, Ángel y Daniel buscaron una solución más sostenible y ecológica utilizando residuos de papel, lo que no solo reduce la contaminación, sino que también mitiga los efectos negativos de la industria tradicional.
El proceso de fabricación del ladrillo ecológico
Los estudiantes utilizan materiales simples y orgánicos como papel, agua, resina natural, hojas de árbol y cáscaras de huevo para fabricar los ladrillos ecológicos. Aunque el proceso se realiza manualmente, lograron producir hasta 100 ladrillos al día, dependiendo de la recolección de materiales y los moldes disponibles. Los ladrillos son compactados a mano, triturando el papel y humedeciéndolo, luego se mezcla con un adhesivo de resina natural para darle la consistencia adecuada.
El desafío de producción y la necesidad de apoyo institucional
A pesar de sus esfuerzos, los estudiantes enfrentan desafíos en el proceso de producción debido al trabajo manual que requieren. Para mejorar la eficiencia y convertir el ladrillo en un producto competitivo, necesitan apoyo en la adquisición de moldes industriales y maquinaria, que les permita agilizar la producción y pensar en la comercialización del producto.
Reconocimiento y premios obtenidos
Hasta el momento, Daniel y Ángel han sido reconocidos por su innovación y han ganado siete premios locales, estatales y nacionales, otorgados por instituciones como el Instituto de la Juventud en la Ciudad de México. Sin embargo, a pesar de los logros, ambos estudiantes sienten que las autoridades locales no les han dado el apoyo necesario.
El apoyo de los profesores y el futuro del proyecto
Sonia Elisa Castillo Salinas y Ricardo Pizaña Ramos son los profesores que han acompañado a los jóvenes en este proyecto. Ambos consideran que es fundamental proporcionar el respaldo necesario a los estudiantes para fomentar la creatividad y la innovación. Pizaña, quien ha sido clave en el desarrollo del ladrillo, resalta la resistencia del producto, que ha soportado la presión de vehículos sin quebrarse, y su capacidad de resistir impactos de bala debido a la compactación del papel.
Los profesores también mencionan que, a pesar de los desafíos, lo más gratificante es ver cómo los estudiantes logran sacar adelante sus proyectos con esfuerzo y dedicación, y esperan que pronto puedan llevarlos a un nivel nacional.
El papel de los padres de familia y el futuro internacional
El director del Conalep Tampico, Elías Carlos Olguín Villarreal, destaca la importancia del apoyo de los padres de familia para que los estudiantes puedan ser productivos y exitosos en sus proyectos. En este sentido, ambos jóvenes, con el respaldo de sus padres y maestros, continúan trabajando con el sueño de llevar su proyecto a más alturas.
Daniel y Ángel están ahora enfocados en un nuevo reto: viajar a Turquía para presentar su ladrillo ecológico en busca de obtener el Premio a la Ciudad Respetuosa con el Medio Ambiente, con la esperanza de que su innovación pueda contribuir a la sostenibilidad y seguridad de su comunidad.