El 2025 inicia con grandes expectativas en el panorama político, económico y social de México. En Chihuahua, un estado con un peso estratégico tanto a nivel nacional como internacional, este año marcará una encrucijada que determinará el rumbo de las próximas décadas. Como joven, es imposible no preocuparme por el impacto que las decisiones de hoy tendrán en las nuevas generaciones. Este análisis busca explorar los retos y oportunidades para Chihuahua en cuatro ejes clave: participación ciudadana, economía, inteligencia artificial y política.
Columna: Hugo Gómez Terrazas
Participación ciudadana: El motor del cambio
Los procesos electorales recientes en México y Chihuahua han dejado claro que la participación ciudadana es un elemento fundamental para construir un futuro sólido. Sin embargo, los datos reflejan un desafío importante. En las elecciones estatales de 2021, la participación apenas superó el 40%. Este nivel de apatía es preocupante en un estado que enfrenta retos estructurales como la inseguridad, la corrupción y la desigualdad.
El 2025 debe ser el año en que los jóvenes de Chihuahua tomen un papel más activo en la vida pública. Esto no solo implica votar, sino también participar en organizaciones civiles, exigir rendición de cuentas y proponer soluciones. La tecnología, incluida la inteligencia artificial (IA), puede ser una aliada en este proceso, facilitando el acceso a la información y creando plataformas de interacción directa entre ciudadanos y autoridades.
Economía: Desafíos y oportunidades fronterizas
Chihuahua, como uno de los estados fronterizos más importantes del país, tiene un papel clave en la economía nacional. Según datos del INEGI, Chihuahua es líder en exportaciones manufactureras, representando más del 12% del total nacional. Sin embargo, la dependencia de la industria maquiladora plantea riesgos, especialmente en un contexto global cada vez más competitivo.
El 2025 será un año para diversificar la economía del estado. La implementación de nuevas tecnologías, como la IA y la automatización, puede ser un factor diferenciador. Por ejemplo, la inteligencia artificial podría optimizar los procesos en la agricultura, otro pilar económico de la región, mejorando los rendimientos y reduciendo costos. Además, se debe fomentar el desarrollo de startups tecnológicas lideradas por jóvenes, generando empleo y atrayendo inversión.
Inteligencia artificial: ¿Amenaza o aliada?
La inteligencia artificial ya no es un concepto futurista; es una realidad que transforma sectores enteros, desde la educación hasta la seguridad. En Chihuahua, su implementación podría ser crucial para resolver problemas históricos como la inseguridad. El uso de sistemas de reconocimiento facial, análisis predictivo del crimen y monitoreo en tiempo real puede hacer una diferencia significativa.
Sin embargo, también existen riesgos. La falta de regulación adecuada y el temor al desplazamiento laboral son preocupaciones legítimas. Por eso, es vital que el gobierno estatal y las instituciones educativas trabajen juntos para formar a las nuevas generaciones en competencias digitales, garantizando que los jóvenes estén preparados para los empleos del futuro.
Política: El reto de la gobernabilidad
El panorama político en Chihuahua en 2025 estará marcado por la interacción entre el gobierno estatal y la nueva administración federal. En un estado históricamente diverso en su afiliación partidista, será crucial que las autoridades prioricen el bienestar ciudadano sobre las diferencias ideológicas.
Además, el papel de los jóvenes en la política no puede subestimarse. Según el INE, el 30% del padrón electoral en México está compuesto por ciudadanos menores de 30 años. Esto convierte a las nuevas generaciones en un grupo con el poder de redefinir el rumbo político del estado y del país. Los jóvenes debemos exigir liderazgos transparentes, comprometidos e innovadores, capaces de enfrentar los retos del presente con visión de futuro.
Un año para tomar el control
El 2025 será un año de grandes decisiones para Chihuahua. Como jóvenes, debemos dejar de ser espectadores y convertirnos en protagonistas del cambio. La participación ciudadana, la innovación económica, el uso ético de la inteligencia artificial y una política responsable serán los pilares para construir un estado más justo y próspero.
El futuro emergente no es algo que simplemente suceda; es algo que construimos con nuestras acciones diarias. Hoy más que nunca, Chihuahua necesita de sus jóvenes para enfrentar los retos del presente y convertirlos en oportunidades para las generaciones futuras. Es nuestro momento de actuar, de soñar y de construir un estado que esté a la altura de su gente.