Después del fallo que da luz verde al maíz transgénico, México aceptará su importación, aunque el Gobierno buscará prohibir su cultivo dentro del país. Las autoridades mexicanas confirmaron que impulsarán una ley que prohíba la siembra de maíz modificado genéticamente, dado que la resolución del panel del T-MEC únicamente regula la importación, no el cultivo.
El Gobierno de México indicó que acata la decisión, pero dejó claro que no comparte la postura. Argumentaron que las medidas cuestionadas están alineadas con los principios de protección a la salud pública y los derechos de los pueblos indígenas, los cuales están consagrados en la legislación nacional y en los tratados internacionales de los que México es parte.
A partir del 20 de diciembre, México tendrá un plazo de 45 días para implementar las resoluciones. Entre las acciones que deberá tomar se incluye la revocación de las autorizaciones para el uso de maíz genéticamente modificado en consumo humano, así como la obligación de no emitir nuevas autorizaciones. Además, se deberá llevar a cabo un proceso para sustituir el uso de maíz transgénico en la alimentación animal y en su uso industrial destinado al consumo humano.