
Ante la creciente presión del expresidente Donald Trump y autoridades estadounidenses por el pago de agua pendiente, el Gobierno Federal tomó la decisión de abrir la presa La Amistad, ubicada en Coahuila. Esta medida ha generado preocupación entre agricultores del norte del país, quienes temen que las siguientes en ser explotadas sean las presas de Chihuahua, una región que actualmente enfrenta una severa sequía.
El diputado priista Tony Meléndez alertó sobre la crítica disminución en los niveles de almacenamiento de las principales presas chihuahuenses: La Boquilla y Las Vírgenes, que operan apenas al 14% y 11% de su capacidad, respectivamente.
Por su parte, Arturo Zubía, legislador del PAN, solicitó formalmente que se declare a Chihuahua en estado de emergencia ante la falta de agua.
En ese mismo sentido, la gobernadora Maru Campos aseguró que no permitirá la entrega de agua a Estados Unidos, calificando la exigencia como inviable. “Nadie está obligado a lo imposible. Chihuahua es el único estado en situación de sequía extrema en todo el país. No podemos dar lo que no tenemos”, afirmó.